¿Existe el bien y el mal?

Cuando mis hijos eran adolescentes traté de hacerles comprender que los seres humanos éramos como el Arlequin, uno de los personajes clásicos de la comedia del arte(Commedia dell'Arte) que suele aparecer a veces embutido en un traje blanco y negro. Debían aceptar y aprender a controlar "su lado negro" y cultivar "su lado blanco" porque todos los seres humanos lo tenemos, y les insistía que no hay que avergonzarse de tener un lado oscuro, sino de dejarlo suelto, de permitir que se manifieste. Todo esto partió de una idea que me dió mi amigo, el Dr. Pedro Corrons, psiquiatra y artista, al que considero mi primer y mejor maestro, y a quien debo más de lo que podría expresar aqui, cuando me dijo: "observa y verás que todo el mundo es bueno". Y siguiendo su consejo es como me di cuenta de que efectivamente todo el mundo es bueno, pero también todo el mundo es, o puede ser, malo. Han pasado más de 30 años desde entonces y todavía no se ha generalizado del todo la idea, quizás por eso siguen recordándonoslo los científicos como Antonio Damasio, profesor de Psicología, Neurociencia y Neurología en la Universidad del Sur de California, donde dirige el Instituto para el estudio neurológico de la emoción y de la creatividad, y ganador del Premio Príncipe de Asturias 2005: Esto es lo que dijo en una entrevista concedida a Eduard Punset para Redes TV en la 2 de Televisión Española. "Debemos darnos cuenta de que las emociones vienen en todo tipo de sabores: hay emociones buenas y emociones malas. Y, de hecho, podríamos decir que el objetivo de una buena educación para los niños, los adolescentes, e incluso para nosotros mismos, en este momento (...) es organizar nuestras emociones de tal modo que podamos cultivar las mejores emociones y eliminar las peores, porque como seres humanos tenemos ambos tipos. Como seres humanos tenemos una capacidad positiva fantástica, pero también somos capaces de hacer cosas terribles. Somos capaces de torturar a otra gente, de matarla. Todo esto es inherente al ser humano... no es que algunos de nosotros sean buenas personas y otros malas personas. Así que el propósito de una buena educación y el papel de una sociedad próspera es permitir que se cultive lo mejor y se reprima lo peor de la naturaleza humana".

Pero con esta frase no está todo dicho. Queda aún mucho por aprender, no podemos generalizar superficialmente porque como dijo Eduard Punset no hace mucho, en la presentación de su nuevo libro 'El viaje al amor. Las nuevas claves científicas': "por primera vez, equipos de psicólogos han evaluado la capacidad de amar de una persona" y han llegado a la conclusión de que "la antítesis del amor no es el odio, ya que estas emociones pueden aparecer mezcladas y se puede amar y odiar al mismo tiempo". Así, afirmaron que la antítesis del amor es el desprecio, por lo que los psicópatas, con gran capacidad de despreciar y nula para ponerse en el lugar de los demás, no pueden amar". Habrá que averiguar que es lo que les impide amar, que es lo que desarrolló su desprecio antes de poder colocarles la etique de "malas personas" porque quizás mas tarde descubramos que todo ello se debe más a la mala suerte de haber nacido en un entorno desfavorable o quizás a algun condicionante genético o a cualquier otra circunstancia. No hace tanto tiempo llamábamos viciosos a los fumadores, a los alcoholicos y a los drogodependientes. Hoy esa etiqueta la hemos cambiado por la de "enfermos".

Más sobre el Dr. Pedro Corrons: A.F.E.M. Artículo luz entre tinieblas
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