Siempre he sido muy escéptica respecto a todo lo que no tenga una explicación, digamos, razonable, y el tema de los viajes astrales no me parecía que la tuviera, pero el instinto, y sobre todo esa forma de explicar lo que sienten las personas que han hecho un viaje astral me ha inducido siempre a no especular, no juzgar y no desdeñar esos sentimientos, puesto que yo tampoco poseía una explicación razonable. Y como en tantas otras ocasiones esperaba que llegara el día en que la ciencia pudiera sacarme de mi escepticismo.
Hoy ha llegado ese momento. Ya se pueden tirar a la basura todos esos tratados esotéticos, ya no valen, porque no es cuestión de esoterismos, ni de habilidades o percepciones extrañas o paranormales. Se trata de una desconexión entre los circuitos del cerebro que procesan las diferentes informaciones sensoriales que le llegan y ha podido comprobarse gracias a las nuevas tecnologías y a los científicos del Colegio Universitario de Londres, del Instituto Karolinska de Suecia y del Instituto Federal de Tecnología de Lausanne, que ha publicado la revista Science. Estos experimentos demuestran que la consciencia de sí mismo, única del ser humano, no está relacionada con la lengua o la memoria, sino que depende de mecanismos del cerebro.
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