Puede que los científicos del Instituto Weizmann armen una gorda contra el cáncer con un “arma” de destrucción masiva que es la alicina, si, la alicina, ese componente de los ajos y de las cebollas. Desde los tiempos más antiguos se ha conocido que la alicina tenía propiedades curativas, pero ahora se ha convertido en un arma letal que puede ser utilizada en ataques continuos a las células cancerosas uniéndola a un anticuerpo (ver detalles más abajo).
Creo que mientras esperamos a ver si esta opción científica consigue los resultados esperados y puede aplicarse a gran escala lo mejor que podemos ir haciendo es comer ajos crudos con mucha frecuencia, en forma de alioli, esa estupenda salsa que ya existía en la época de los romanos y que es tan fácil de hacer. No será una invasión tan grande como la que proyectan en el Weizmann pero no dejará de ser una guerrita preventiva.
1/4 l. aceite de oliva virgen extra.
una pizca de sal.
6 dientes de ajo.
1 mortero de mármol. (o en su defecto una licuadora)
1 mazo de madera.
Paso 1: Para el alioli: se pican los ajos en el mortero con una pizca de sal, luego se coge una aceitera con el emboque muy fino y empieza a tirarse el aceite muy despacio y sin dejar de remover con la otra mano. Se irá formando una pasta muy espesa, que irá creciendo mientras sigamos echándole aceite. No se puede dejar de remover nunca. Solo al final cuando ya esté terminado, si se tiene que rectificar de sal se puede hacer con cuidado.
Si se corta se puede utilizar un huevo (a temperatura ambiente, no del frigorífico) y se le va añadiendo la mezcla cortada hasta que espese.
DETALLES DEL ESTUDIO
En un estudio reciente, publicado en el Molecular Cancer Therapeutics, investigadores del Instituto Científico Weizmann unieron el ingrediente activo de un remedio de jardinería con biotecnología avanzada para asestar un poderoso golpe contra el cáncer. La efectividad en la aniquilación del cáncer radica en la técnica de armado de un anticuerpo dirigido al cáncer con el potencial destructivo de la molécula alimentaria conocida por otro lado como la “alicina”.
La alicina es el producto de la interacción entre una enzima , la alinasa, y la pequeña molécula química denominada aliina, que se produce naturalmente en plantas tales como el ajo y la cebolla como mecanismo de defensa contra los hongos, las bacterias y los parásitos del suelo. Las moléculas de alicina pueden penetrar con facilidad las membranas biológicas y matar células, pero su potencia es de corta vida, de aquí la dificultad de encontrar un sistema para enviarlas a un sitio específico.”
El valor medicinal del ajo ya no es un antiguo secreto chino”, dice el Profesor David Mirelman del Instituto. “Años de investigación científica llevaron a la identificación y comprensión del modo de acción de la alicina y actualmente estamos estudiando las formas de apuntar a un blanco y aplicar su golpe tóxico”.
El equipo de científicos del Instituto Wiezmann adoptó un enfoque que fija la enzima alinasa a un anticuerpo específico ya en uso clínico, el RituximabR, diseñado para apuntar y alcanzar la superficie de ciertos tipos de células cancerosas tales como el linfoma. Cuando se administra solo, el RituximabR sirve como marcador y punto de destrucción para que el propio sistema inmune del cuerpo mate la célula cancerosa. El equipo demostró que las células cancerosas pueden ser destruidas más eficientemente armando a este anticuerpo ligando primero químicamente la alinasa al RituximabR y luego inyectando este compuesto en ratones que habían sido implantados con células cancerosas de linfoma humano.
Como se había anticipado, el RituximabR con la alinasa acoplada a cuestas encontró rápidamente a las células cancerosas apuntadas y se ligó a ellas. Posteriormente, los ratones fueron repetidamente inyectados con la sustancia químicamente inerte, la aliina, que en contacto con la alinasa, fue transformada en moléculas de alicina directamente sobre la superficie de las células cancerosas. Al cabo de tres días en aquellos ratones tratados con el compuesto y la aliina , casi todas las células cancerosas de linfoma humano fueron destruidas, mientras que en los ratones de control, que recibieron solamente el compuesto, apenas fueron destruidas algunas células cancerosas.
Aunque otros enfoques usan un método que liga directamente moléculas de drogas anticancerosas a anticuerpos, este estudio, que aplicó el método Mirelman, consiste en “armar” a un anticuerpo así llamado porque implica la continua producción y liberación de balas exterminadoras de cáncer: la alinasa que es adherida al RituximabR se asienta en la célula objetivo y reacciona continuamente con las moléculas de aliina que son inyectadas a intervalos, produciendo un suministro constante de la droga para penetrar y matar el cáncer. La producción de alicina puede ser “interrumpida” al cesar la administración de las municiones, la alliina.
“Este estudio fue una prueba de principios”, dice el profesor Mirelman, “que demostró la efectividad de esta tecnología para la exterminación selectiva de células no deseadas”.
Dado que el componente activo es un elemento familiar en la dieta, y que los anticuerpos específicos tales como el RituximabR están en creciente uso clínico, los científicos esperan que la nueva tecnología sea fácilmente desarrollada para terapias útiles.
04 septiembre 2007
Alicina en el País de las Maravillas
publicado por Maria a las 15:08
guardado en La alimentación medicinal, Noticias científicas
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