Desde hace un par de días todo el mundo comenta que Allan Greenspan acusa a Bush de invadir Irak para conseguir su petróleo. La historia que sigue está escrita, hace algo más de 9 años, por un militar americano de alta graduación, cuando lo que estaba en juego era Afganistan, y George Bush Junior todavía no estaba en el poder. Greenspan sin embargo llevaba en la Federal Reserve desde 1987, y obviamente ya conocía los entresijos estratégicos que aqui se relatan, aunque solo fuera por la multitud de libros que se publicaron sobre Afganistan, el tema taliban, sus verdades y mentiras y el papel estratégico de la entonces Unión Soviética.
En aquel entonces lo que importaba más era la forma de transportar el petróleo, la construcción de oleoductos que permitiera su distribución. Resulta especialmente interesante comprobar como han cambiado las políticas estratégicas que nos han llevado a la guerra.
Es de esperar --dice el autor del artículo-- que las Fuerzas Armadas estadounidenses circunscriban su accionar futuro en este ambiente al cumplimiento de funciones de asesoría y asistencia, pues una presencia más contundente en la región exigirá la obtención del derecho de establecer bases y una inversión considerable en el desarrollo del teatro y el establecimiento de zonas adelantadas de abastecimiento y bases de escala.
¿Podría pues haberse evitado entonces la guerra de Afganistan?
Parece ser que no puesto que según el autor del artículo "varias compañías petroleras importantes (estában) investigando la posible construcción de oleoductos desde Asia Central a través de Herat y Kandahar, en Afganistán, hasta Quetta y Karachi, en Paquistán (ruta 8)" y todos sabemos lo que ha estado pasando en Kandahar. Pero eso si, los Estados Unidos tienen bases tanto en Afganistan como en Iraq.
Hoy ya no se habla de proteger los oleoductos sino de controlar las zonas productoras directamente y todos los territorios por los que conviene que pasen los oleoductos. Así se controla al mismo tiempo a quienes necesiten de ellos que ya no es un solo país como la Unión Soviética, sino una serie de pequeñas repúblicas independientes.
De ahí, parece, los posicionamientos que se han ido realizando desde entonces por parte de los
En aquel entonces lo que importaba más era la forma de transportar el petróleo, la construcción de oleoductos que permitiera su distribución. Resulta especialmente interesante comprobar como han cambiado las políticas estratégicas que nos han llevado a la guerra.
Es de esperar --dice el autor del artículo-- que las Fuerzas Armadas estadounidenses circunscriban su accionar futuro en este ambiente al cumplimiento de funciones de asesoría y asistencia, pues una presencia más contundente en la región exigirá la obtención del derecho de establecer bases y una inversión considerable en el desarrollo del teatro y el establecimiento de zonas adelantadas de abastecimiento y bases de escala.
¿Podría pues haberse evitado entonces la guerra de Afganistan?
Parece ser que no puesto que según el autor del artículo "varias compañías petroleras importantes (estában) investigando la posible construcción de oleoductos desde Asia Central a través de Herat y Kandahar, en Afganistán, hasta Quetta y Karachi, en Paquistán (ruta 8)" y todos sabemos lo que ha estado pasando en Kandahar. Pero eso si, los Estados Unidos tienen bases tanto en Afganistan como en Iraq.
Hoy ya no se habla de proteger los oleoductos sino de controlar las zonas productoras directamente y todos los territorios por los que conviene que pasen los oleoductos. Así se controla al mismo tiempo a quienes necesiten de ellos que ya no es un solo país como la Unión Soviética, sino una serie de pequeñas repúblicas independientes.
De ahí, parece, los posicionamientos que se han ido realizando desde entonces por parte de los
diferentes países. La guerra de Afganistan y la subsiguiente guerra de Irak. La actitud de los propios iraquíes que batallan entre ellos con objeto de conseguir el control. Los problemas en el Líbano, la situación actual en Palestina e Israel, y en general de todo el Oriente Medio y países colindantes que deben de ser controlados uno a uno para pacificar la zona y permitir a su vez el control estrátegico de los movimientos de petróleo. Y finalmente la complicación añadida por la actitud de Ahmaninejad, Presidente de Iran, que no quiere dejarse controlar como lo hizo el Shah de la antigua Persia, y la de los Estados Unidos hacia ese país, con el consiguiente posicionamiento de Rusia, las ex repúblicas soviéticas, China y todos aquellos países que estan involucrados en la estrategia de los hidrocarburos.
Todo debe de ser controlado para que el petróleo y el gas fluyan hasta el consumidor, pero ¿quien conseguirá realmente ese control? El comienzo de la 2ª Guerra Fría, que según algunos analistas, ya se ha iniciado ¿representa una amenaza real o una toma de posiciones, como ya ocurrió anteriormente con la Union Soviética, que impida una escalada hacia otra guerra mucho más terrible?
Todo debe de ser controlado para que el petróleo y el gas fluyan hasta el consumidor, pero ¿quien conseguirá realmente ese control? El comienzo de la 2ª Guerra Fría, que según algunos analistas, ya se ha iniciado ¿representa una amenaza real o una toma de posiciones, como ya ocurrió anteriormente con la Union Soviética, que impida una escalada hacia otra guerra mucho más terrible?
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La Política del Oleoducto y el Surgimiento de una Nueva Región Estratégica: Petróleo y Gas Natural del Mar Caspio y Asia Central
La importancia vital que reviste el petróleo es una realidad incuestionable y motivo de muchos de los acontecimientos de mayor trascendencia del presente siglo, y tal parece que en el siglo venidero el control de los campos petrolíferos seguirá siendo una fuente indiscutible de poder estratégico.
En artículo presentado a continuación, el autor analiza el posible predominio de la región del mar Caspio y de Asia Central como fuente de este recurso valioso, y explica las ventajas y desventajas que presentan las diversas rutas que se han propuesto para llevar este producto al mercado global.
**Las opiniones expresadas en el presente artículo son las del autor y no reflejan la política ni posición del Ejército de EE.UU., del Departamento de Defensa ni del Gobierno de Estados Unidos.
[Este artículo apareció en el número 72, marzo-abril de 1998, de la revista militar del Ejército de los EE.UU].
La importancia vital que reviste el petróleo es una realidad incuestionable y motivo de muchos de los acontecimientos de mayor trascendencia del presente siglo, y tal parece que en el siglo venidero el control de los campos petrolíferos seguirá siendo una fuente indiscutible de poder estratégico.
En artículo presentado a continuación, el autor analiza el posible predominio de la región del mar Caspio y de Asia Central como fuente de este recurso valioso, y explica las ventajas y desventajas que presentan las diversas rutas que se han propuesto para llevar este producto al mercado global.
**Las opiniones expresadas en el presente artículo son las del autor y no reflejan la política ni posición del Ejército de EE.UU., del Departamento de Defensa ni del Gobierno de Estados Unidos.
[Este artículo apareció en el número 72, marzo-abril de 1998, de la revista militar del Ejército de los EE.UU].
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LOS DÍAS DE petróleo barato aún continúan ... posiblemente. En la actualidad gran parte del petróleo usado en Estados Unidos proviene de Venezuela y del Golfo Pérsico, en tanto que Europa compra el petróleo producido en el Golfo Pérsico y el mar del Norte. Aunque hace ya muchos años que los países europeos compran el gas natural de la ex Unión Soviética y de Rusia, el petróleo proveniente de la región euro-asiática se ha vendido en cantidades limitadas en Europa. Esta situación bien puede cambiar, pues existe una región euro-asiática dotada de mayores reservas de petróleo y gas natural que las de Irán e Irak. El mar Caspio parece encontrarse situado encima de otro mar: el de los hidrocarburos. Muchos de los grandes petroleros de occidente han acudido a la zona y han negociado contratos que valen miles de millones de dólares. Las firmas petroleras de Estados Unidos están muy bien representadas en estas negociaciones y dondequiera que se conduzca el comercio estadounidense, allí también se encuentran en juego los intereses nacionales. La bahía del mar Caspio viene siendo una fuente de petróleo y gas natural desde hace mucho tiempo. La religión zoroástrica con culto al fuego se instituyó en las orillas occidentales del Caspio, donde los seguidores de Zoroastro construían templos alrededor de pilares de fuego alimentado con el gas natural de la zona. Antes de la I Guerra Mundial, los grandes campos petrolíferos se encontraban en el Estado de Texas y en la región del Imperio Ruso con litoral en el mar Caspio. Después de la guerra, cuando irrumpió la guerra entre los Blancos y los Rojos en Rusia, las fuerzas británicas desembarcaron en Bakú, en un intento fracasado por influir en el futuro del petróleo del mar Caspio. Durante la II Guerra Mundial, Hitler lanzó la Operación Blau en un esfuerzo por controlar la riqueza de los campos petrolíferos del mar Caspio.
En la actualidad, producto de la disolución de la Unión Soviética, el petróleo de esta región de nuevo está llamando la atención del mundo. Las compañías petroleras de occidente, deseosas de descubrir nuevas reservas a un costo razonable, están entablando negociaciones con Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán y Rusia. Es posible que en cuestión de 15 a 20 años, las reservas petroleras de la región del Caspio puedan ser las terceras más grandes del mundo (después de las de Siberia Occidental y del Golfo Pérsico), y tal vez sean suficientes para contrapesar el petróleo del Golfo Pérsico. Otros campos petrolíferos en los países adyacentes de Uzbekistán, Tayikistán y Kirguistán, aumentan las reservas potenciales de energía barata a disposición de los países carentes de petróleo al mismo tiempo que atraen a inversionistas desde el exterior.
La presencia de estas reservas de petróleo y la posibilidad de su exportación plantean nuevas inquietudes estratégicas para Estados Unidos y otras potencias industriales de occidente. A medida que las compañías petroleras construyen oleoductos para llevar el petróleo del Oriente Cercano y Asia Central a Japón y al occidente, estas inquietudes estratégicas asumen implicancias militares. El rol preponderante del Medio Oriente en la exportación de petróleo puede ser contrapesado por nuevas fuentes de dicho recurso, operando desde ambientes menos establecidos y menos estables. Un factor clave en la estabilidad mundial continuará siendo el suministro ininterrumpido de petróleo a los mercados internacionales, lo cual puede verse amenazado por una variedad de problemas políticos, económicos, militares, culturales y relacionados con la soberanía que actualmente afligen esta región. Si la estrategia de Estados Unidos continúa jugando un rol de apoyo vigoroso a la estabilidad regional, las Fuerzas Armadas estadounidenses tendrán que entender la dinámica política, económica y cultural de los países involucrados, además de la diversidad de intereses estadounidenses en esta región donde las compañías petroleras occidentales ya han firmado contratos que valen más de cien mil millones de dólares. Es de esperar que las Fuerzas Armadas estadounidenses circunscriban su accionar futuro en este ambiente al cumplimiento de funciones de asesoría y asistencia, pues una presencia más contundente en la región exigirá la obtención del derecho de establecer bases y una inversión considerable en el desarrollo del teatro y el establecimiento de zonas adelantadas de abastecimiento y bases de escala.
El Golfo Pérsico, El Mar Caspio, Rusia y Asia Central
Los geólogos especializados en temas relacionados con el petróleo reclaman haber descubierto 17 mil millones de barriles de petróleo crudo en el mar Caspio. Esto equivale al petróleo de los campos del mar del Norte y menos de la tercera parte del petróleo de Venezuela. Las estimaciones actuales indican que, además de los inmensos depósitos de gas natural, la bahía del Caspio también tiene hasta 200 mil millones barriles de petróleo, con un valor de aproximadamente US$4 billones, basado en su valor en el mercado actual. Lo anterior representa 33 veces más que el valor calculado del petróleo en la Vertiente Septentrional de Alaska. También es suficiente para satisfacer la demanda de energía en Estados Unidos durante un período de al menos 30 años. Si bien es cierto que lo anterior es una estimación substancial, aún no iguala las reservas estimadas en los países del Golfo Pérsico. Dicha región sigue siendo el centro mundial de petróleo. Sin embargo, ante el colapso de la Unión Soviética, la región del Caspio ha asumido una importancia global totalmente nueva. Se proyecta que la totalidad de reservas de petróleo existentes en el litoral caspiano de los países de Irán, Kazajstán, Azerbaiyán, Turkemenistán y Rusia, es de 25 mil millones de toneladas métricas; es decir, casi el 15 por ciento del total de las reservas petroleras del mundo (y un 50 por ciento de las reservas de gas natural).
El petróleo y gas del mar Caspio no son los únicos depósitos de hidrocarburos en esta región. En el desierto de Karakum en Turkmenistán se encuentra la tercera reserva de gas más grande del mundo, de aproximadamente 3 billones de metros cúbicos y seis mil millones de barriles en reservas de petróleo. Otros campos de gas y petróleo en los países adyacentes de Uzbekistán, Kazajstán, Tayikistán y Kirguistán, aumentan las potenciales reservas de energía barata a disposición de los países carentes de petróleo y también están atrayendo a inversionistas del exterior.
Durante la época soviética, petroleros soviéticos sacaban el petróleo del mar Caspio principalmente para uso dentro de la Unión Soviética y los países signatarios del Pacto de Varsovia. Hacía ya un siglo que se explotaban los depósitos de petróleo conocidos en dicha región, por lo cual para esa época se agotaban las reservas. Producto de lo anterior, los soviéticos optaron por concentrar sus esfuerzos de exploración y explotación en otros sitios que les quedaban más accesibles geográficamente, y más viables desde el punto de vista tecnológico. Sin embargo, investigaciones recientes indican la existencia de reservas de petróleo en el mar Caspio que bien podrían traducirse en bienestar e independencia económica para los cinco estados lindantes, incluyendo Rusia, Azerbaiyán, Irán, Turkmenistán y Kazajstán. Pero tales beneficios acarrean un alto precio: en este caso, se requiere del dinero suficiente para explotar los depósitos en lugares remotos y por ende difíciles de alcanzar; dinero para sacar los agentes contaminantes de hidrosulfuro y mercaptán del petróleo en la orilla oriental; dinero para lidiar con las altas presiones geográficas de la región; dinero para restaurar la presión necesaria para sacar el petróleo de los campos abandonados en forma prematura; y dinero para hacerle llegar el petróleo al consumidor. Puesto que la Unión Soviética dejó de desarrollar las soluciones tecnológicas adecuadas de estos problemas, son los fondos y tecnologías de occidente que actualmente son claves en esta región. Muchas son las predicciones que se han postulado, la mayor parte de las cuales probablemente son exageradas. Así todo, de acuerdo con algunos analistas, si las compañías petroleras occidentales logran firmar los acuerdos necesarios para dar inicio a la producción del petróleo de los campos en el mar Caspio, Asia Central y Rusia, ya para el año 2010 podrán sacar de ellos casi cinco millones de barriles de petróleo por día para su venta en el mercado libre.
Los Problemas del Oleoducto
Resulta difícil transportar el petróleo y el gas del mar Caspio y de Asia Central al mercado. La única forma viable de transportar cantidades suficientes de estos recursos para su uso comercial fuera de esta región, es a través de oleoductos. Actualmente se están estudiando varias potenciales rutas de oleoductos, las cuales se indican en el mapa. Hoy en día, el único oleoducto existente que aparece en el mapa es aquél que atraviesa Chechenia, pasando por Bakú-Grozny-Novorossisk.
La Ruta Rusa
En la actualidad, todo el petróleo y gas del mar Caspio se saca a través de Rusia. El petróleo entonces puede transportarse hacia el noroeste, llegando finalmente a los mercados europeos a través de un sistema bien desarrollado de oleoductos; o bien atraviesa Chechenia -país éste que sigue azotado por la guerra- hasta el mar Negro donde buques aljibes lo llevan a través de los estrechos de los Dardanelos hasta el mar Mediterráneo. La industria petrolera es de suma importancia para Rusia en su permanente lucha para avanzar; de hecho, el petróleo y el gas natural representaron entre el 40 y el 45 por ciento de la totalidad de exportaciones rusas en el período de 1993-1994. El Gobierno ruso recibió aproximadamente US$1,5 mil millones de la venta directa de petróleo a países extranjeros, ganando además el 21 por ciento de sus ingresos presupuestarios de las tarifas impuestas en el comercio extranjero, la mayor parte de las cuales se derivan de la venta de petróleo y gas.9 Los vecinos de Rusia se quejan de que dicho país mantiene el interés propietario sobre todo el petróleo en la región del mar Caspio y está utilizando los oleoductos para poder imponer su voluntad en las negociaciones. Los rusos, en fin, descubrieron los campos petrolíferos, los desarrollaron y construyeron los medios de transporte y la infraestructura de refinamiento, por lo cual hace 100 años que controlan el petróleo del mar Caspio. Ahora sostienen que las demás naciones les deben su parte justa (según su propia definición) del petróleo en sus respectivos territorios, y se han esmerado en obtenerla al controlar el flujo del petróleo perteneciente a otros países a través de territorio ruso. De ahí que, en la primavera de 1996, Rusia disminuyera la cantidad de petróleo que aceptaba transportar desde el inmenso campo petrolífero de Tengiz en la costa noreste del Caspio. La corporación Chevron y el Gobierno de Kazajstán son socios por partes iguales en la explotación de dicho campo. La razón dada por los rusos por su decisión de reducir el flujo fue que el contenido de azufre era tanto que estaba dañando el oleoducto. Si bien es cierto que este petróleo efectivamente contiene mucho azufre, cabe señalar que éste se transportaba en el mismo oleoducto durante muchos años cuando el referido campo le pertenecía a la Unión Soviética (desde luego, durante la época soviética a nadie le importaba el costo). Algunos reclaman que Rusia pretende controlar la industria petrolera de Kazajstán, y con ello perjudicar su viabilidad económica. En el año 1997, el Consorcio del Mar Caspio, incluyendo las corporaciones Chevron, Mobil, Lukoil de Rusia, y las compañías estatales de Omán y Kazajstán, coincidieron en invertir US$2 mil millones en la construcción de un oleoducto desde Kazajstán, atravesando Rusia, hasta alcanzar Novorossisk (la ruta 1).10 Dicha ruta le permite a Rusia mantener su control sobre el transporte de petróleo en la región.
La línea rusa desde Bakú, a través de Chechenia, hasta Novorossisk (la ruta 2) se encuentra en malas condiciones debido a los dos años de guerra entre los chechenos y los rusos. Según los informes difundidos al respecto, ambos partidos alcanzaron el oleoducto durante la guerra y los chechenos lo han explotado como fuente de petróleo "gratis". También existen informes regionales que indican que los chechenos han puesto más de 100 canillas en la línea, empleándolas para desviar el petróleo hacia sus propias refinerías clandestinas para luego vender gasolina barata en la ciudad capital de Grozny. Al presente, éste es el único oleoducto regional totalmente operacional.
Rusia ha propuesto la exportación del petróleo hacia el norte, para así utilizar su sistema de oleoductos existente con el objetivo final de llegar a Novorossisk y diversos destinos en Europa (la ruta 3). De adoptarse este plan, el oleoducto se removerá de Chechenia, con el resultado de que Rusia obtendrá el control total del petróleo producido en la región del mar Caspio y Kazajstán.
La Ruta Transcaucásea
La Compañía de Operaciones Internacionales de Azerbaiyán es el primer consorcio internacional establecido en Azerbaiyán. Las compañías estadounidenses participantes controlan el 39 por ciento del consorcio (a saber, la Amoco posee el 17,0%; la Unocal, el 10,0%; la Exxon, el 8,0%; y la Pennzoil, el 4,8%). Otros países miembros del consorcio son Gran Bretaña, con el 19,0%; Azerbaiyán, con el 10,0%; Rusia, cuya compañía Lukoil controla el 10,0%; Noruega, con el 8,6%; Japón, con el 3;9%; Turquía con el 6,8%; y Arabia Saudita con el 1,7%.11 Este consorcio planifica dar inicio a la exportación del petróleo en el mes de agosto de 1997 a través del oleoducto Bakú-Grozny-Novorossisk, y construir una línea adicional desde Bakú, atravesando Georgia hasta llegar al puerto de Supsa en el mar Negro (ruta 4). Es posible que este oleoducto esté completo en el año 1998. Lo anterior constituye una alternativa relativamente poco costosa, pero el petróleo habría de transportarse desde Supsa en buques petroleros a través del mar Negro y el Bósporo.12 Turquía controla el tráfico entre los mares Negro y Mediterráneo, y las autoridades turcas están renuentes a aumentar el tránsito de aljibes a través de los estrechos debido a sus inquietudes ambientales. Rusia también protesta esta ruta porque el oleoducto evita todo territorio ruso. Es más, el oleoducto atraviesa los dominios de muchas tribus rebeldes en las montañas.
La Compañía de Operaciones Internacionales de Azerbaiyán también está considerando establecer una línea al puerto turco de Ceyhan, en el mar Mediterráneo (ruta 5). Tal ruta le brindaría primacía a dicho país en la exportación de gas y petróleo del mar Caspio, negándole a Rusia toda posibilidad de ganar ingresos de los derechos de uso del oleoducto y del puerto de Novorossisk. La construcción de un oleoducto hasta Ceyhan presenta ciertos problemas, pues la ruta tendría que atravesar Azerbaiyán y Armenia cuya guerra sobre Nagorno-Karabakh ha llegado a un estado de empate. Aunque este conflicto se resuelva, la ruta también atraviesa la parte de Turquía poblada por los kurdos, donde sigue librándose una insurrección. Finalmente, esta ruta conlleva el costo muy alto de US$2,9 mil millones.
Las Rutas Iraníes
Otra ruta, la de Bakú-Irán-Ceyhan (la ruta 6), enfrenta la rígida oposición del Gobierno de Estados Unidos debido al supuesto apoyo del estado iraní al terrorismo internacional. A las compañías petroleras de Estados Unidos se les ha prohibido transportar su petróleo a través de Irán, pese a que ésta es la ruta más directa y ofrece el acceso más fácil a un puerto abierto.
La ruta preferida por Irán es una que corre hacia del sur desde el mar Caspio hasta el Golfo Pérsico. Irán ya tiene un extenso sistema de oleoductos y Turkmenistán abrió una línea para el transporte de gas natural en el mes de diciembre de 1997.14 Ésta es una opción relativamente barata, pero significaría que todo el petróleo y gas habría de pasar por el tumultuoso Golfo Pérsico, atravesando los vulnerables estrechos de Ormuz. Estados Unidos se opone a esta ruta y pretende imponer las sanciones en vigencia, pero las compañías petroleras de otros países ya están haciendo caso omiso a las sanciones y entablando negociaciones con Irán para la compra de petróleo. Las principales compañías petroleras de varios países, incluyendo Francia (la Elf Aquitaine y Total SA), Italia (la Agip), Holanda (la Royal Dutch/Shell y Lmaj), España (la Repsol), India (la BHP), Rusia (la Lukoil, la Zarubesneft, y la Mashinoimport) y China (la Nacional de China), o bien han completado o están negociando importantes acuerdos con Irán.15 Las firmas estadounidenses también están interesadas en tal ruta y están ejerciendo presiones en Washington por que se mejoren las relaciones con Irán.
La Ruta Afgana
Varias compañías petroleras importantes están investigando la posible construcción de oleoductos desde Asia Central a través de Herat y Kandahar, en Afganistán, hasta Quetta y Karachi, en Paquistán (ruta 8). La distancia es relativamente corta y lleva el petróleo al mercado del subcontinente de India. El costo estimado del oleoducto es de US$1,9 mil millones; sin embargo, Afganistán aún se encuentra inmerso en una guerra civil. Muchos habitantes de esta región se han convencido de que la Unocal les brinda apoyo económico a las fuerzas del Talibán, a cambio de los derechos de control de futuros oleoductos en Afganistán.
La Ruta China
China y los países con litoral en el Pacífico constituyen un enorme mercado potencial para el petróleo proveniente del mar Caspio y Asia Central. Las compañías petroleras están considerando la construcción de un oleoducto desde la parte occidental de Kazajstán a través de China hasta el Pacífico, para servir a los mercados en China, Japón y Corea. La eliminación de los gastos incurridos en los actuales envíos mediante aljibe tendrían que permitir economizar los fondos suficientes para contrapesar el gasto de unos US$8 a 10 mil millones necesarios para construir el oleoducto. Los chinos han firmado un memorándum de intención para la construcción de un oleoducto más corto, con término dentro del territorio propiamente chino.
Ingerencia de Occidente e Intereses en la Energía del Mar Caspio y Asia Central
Actualmente más de 40 proyectos están en desarrollo en Kazajstán y Azerbaiyán, en los cuales están involucradas 11 compañías estadounidenses, unas 24 compañías de otros países occidentales y dos compañías rusas. El valor total de dichos proyectos excede de los US$100 mil millones. Algunas compañías, incluyendo la Exxon, la Amoco, la Mobil y la Chevron, están negociando contratos adicionales en la región y están comprometidas en proyectos de exploración y producción, además de su participación en tales actividades como la construcción de oleoductos, desarrollo de infraestructura y restauración ambiental. Los gastos costeados por estas compañías representan una probable fuente de ingresos substanciales para los países del Transcáucaso y Asia Central durante los próximos 15 a 20 años.
Por otra parte, los ingresos del petróleo probablemente atraerán a otras empresas occidentales a estos países. Las compañías petroleras de Estados Unidos y las compañías de apoyo y servicio de tal industria, son las que se beneficiarán inicialmente, pero cabe destacar que también pueden beneficiarse industrias secundarias, atraídas por la potencialidad económica de la región.
La Corte Suprema de Estados Unidos ha determinado que una corporación estadounidense tiene los mismos derechos como un ciudadano particular, de acuerdo con las disposiciones de la 14ª Enmienda a la Constitución. De ahí que el Gobierno de Estados Unidos tenga intereses en cualquier región del mundo donde se encuentren empresas estadounidenses.19 Pero en la presente época de firmas multinacionales y empresas conjuntas, la determinación de lo que es y no es una corporación estadounidense es cuestión de interpretación. En todo caso, muchos intereses comerciales resultan ser intereses gubernamentales y, por extensión, intereses militares. Los intereses de las compañías petroleras en esta región incluyen la amenaza de ser nacionalizadas; el papel desempeñado por Rusia en los asuntos de sus antiguas colonias; la división definitiva de los recursos del mar Caspio entre Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán; el futuro de la relación entre Irán y Estados Unidos y el impacto de la misma en la producción y distribución de energía; el impacto de las negociaciones trabadas por los países occidentales y Japón con Irán, independiente de los intereses de las compañías petroleras estadounidenses; y la seguridad de los oleoductos.
Un factor principal en el desarrollo de los hidrocarburos de Asia y en la decisión de apoyar el desarrollo de oleoductos para el transporte de petróleo y gas natural, es el precio del petróleo. Hoy en día, el petróleo se consigue a buen precio y parece ser poco probable que se realicen muchos de los proyectos propuestos para el desarrollo de oleoductos, si los precios se mantienen en los bajos niveles actuales. Sin embargo, en el mes de marzo de 1998, tres países productores de importantes cantidades de petróleo decidieron provocar una subida artificial del precio de petróleo, al retirar del mercado unos 1,6 a 2,0 millones de barriles de petróleo por día. La diseminación de esta decisión produjo un aumento de casi el 20% del precio de petróleo en un sólo día.20 Estos precios más altos abren las puertas para el desarrollo de la energía del mar Caspio, pero al mismo tiempo fomentan la reapertura de producción de algunos campos marginales anteriormente desarrollados y abandonados. Sin embargo, resulta poco probable que estos productores, o incluso la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), sean capaces de mantener la reducción voluntaria de producción.
Seguridad de los Oleoductos
La seguridad de los oleoductos constituye la inquietud más práctica en el futuro inmediato en lo concerniente a la exportación de petróleo de Asia Central. La región es políticamente inestable y la mayor parte de las rutas propuestas exigen que los oleoductos atraviesen zonas plagadas por conflictos recientes o actualmente en desarrollo. ¿Quién podrá asegurar los oleoductos, y a cuál precio? En reuniones de la Compañía de Operaciones Internacionales de Azerbaiyán con los líderes de Chechenia, éstos han afirmado que no permitirán el flujo de petróleo por cualquier oleoducto ubicado en el Transcáucaso, Chechenia o Georgia a menos que se les conceda una parte del consorcio. Existen dificultades semejantes a lo largo de las demás rutas propuestas. Actualmente, Rusia está perdiendo cantidades importantes de petróleo y gas en el oleoducto que atraviesa el Ucranio con rumbo hacia Europa. No obstante sus aunados esfuerzos, los rusos no han logrado negociar el tránsito seguro de energía en esta región relativamente estable.21 Durante la guerra soviético-afgana, los soviéticos construyeron oleoductos tácticos a lo largo de los corredores oriental (de Termez a Bagram) y occidental (de Kushka a Shindland). Aunque los mujahideen preferían realizar ataques más heroicos contra fuerzas y convoyes rusos en lugar de asaltos mundanos contra los oleoductos soviéticos, condujeron una cantidad suficiente de estos ataques para lograr detener a un número significativo de fuerzas soviéticas. A modo de respuesta a tales ataques, los soviéticos realizaban patrullajes de los oleoductos y establecían puestos de seguridad remotos en las zonas de más alto riesgo. Es más, negociaron con los caciques rebeldes para cambiar prisioneros por seguridad del oleoducto. A pesar de todo lo anterior, la fuerza mecanizada soviética dotada de medios de la tecnología de punta, nunca pudo garantizar la seguridad de sus oleoductos.
Resumen
Las exportaciones de petróleo y gas natural del mar Caspio y de Asia Central posiblemente podrán igualar las del Golfo Pérsico al cabo de los próximos 10 a 15 años, aunque tal predicción quizás esté fundamentada en cálculos extremadamente optimistas. En el presente, Estados Unidos considera que la región del Golfo Pérsico es de vital interés nacional. ¿Será que la región del mar Caspio también llegue a constituir una región de vital interés? La aumentada actividad comercial de occidente, los intereses estratégicos de EE.UU., y la leyes estadounidenses son todos elementos que parecen indicar precisamente eso. De ser así, Estados Unidos debería analizar su relación con Rusia, Irán, Turquía y los demás países de la región. El desarrollo de una nueva fuente de energía a buen precio sirve como alternativa en momentos de tensión y crisis. Si se produce una situación en que una potencia "delincuente" cierre los estrechos de Ormuz o bien organiza una reducción de la producción petrolera a nivel global, esta nueva región ofrece alternativas a las tradicionales opciones de confrontación armada y rendición diplomática. Pero los países occidentales no tendrán acceso fácil a esta nueva región, y tendrán que enfrentar una diversidad de nuevas inquietudes en el ámbito de seguridad; inquietudes éstas que, en fin, afectarán al planificador militar.
Su presencia en esta región podría resultar ser beneficiosa para Estados Unidos. Hasta la fecha, los esfuerzos realizados por Estados Unidos por hacer acto de presencia han sido espectaculares, pero difíciles de mantener. En el mes de septiembre de 1997, 500 soldados de la 82ª División Paracaidista volaron una distancia de 12.500 kilómetros en cuestión de 19 horas, para conducir un lanzamiento paracaidista en Kazajstán. El general John J. Sheehan, del Cuerpo de Infantería de Marina y entonces comandante en jefe del Comando Atlántico, dirigió el lanzamiento. Aunque los paracaidistas estaban participando en un ejercicio regional de mantenimiento de la paz, en el cual también participaron elementos de Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, Georgia, Letonia, Turquía y Rusia, muchos observadores regionales interpretaban la participación estadounidense como nada más que publicidad para la capacidad de proyección de la potencia norteamericana. Así como comentara el general Sheehan, "Supongo que el mensaje es que no existe ningún país en el globo terráqueo al que no podamos llegar".23 La pregunta fundamental es ésta: ¿puede Estados Unidos mantener una presencia significativa en aquella región en situaciones de crisis o incluso de conflicto real?
Una cabeza aérea en un teatro poco desarrollado, a una distancia de miles de kilómetros de las existencias de logística del teatro, no constituye "proyección de potencia", ni tampoco es posible afirmar que unos 500 paracaidistas comprenden una fuerza operacional. En el caso eventual de que Estados Unidos resuelva la necesidad de involucrarse más en esta región, debería iniciar su comprometimiento con esfuerzos de asesoría y asistencia tendientes a promover la estabilidad regional. Existen naciones y grupos adinerados en la región, al igual como naciones y grupos necesitados; éstos últimos inevitablemente desearán apoderarse de la riqueza potencial de los adinerados. Es de esperar que el éxito comercial se traducirá en bienestar nacional y regional (aunque en raras ocasiones la riqueza obtenida del petróleo ha redundado en tales beneficios) y la región podrá asegurar el tránsito seguro de petróleo y gas natural sin interferencia externa. Si Estados Unidos decide establecer una presencia contundente en la región, tendrá que ejecutar las medidas necesarias para crear una infraestructura logística adecuada con antelación. Lo anterior constituye un paso costoso, que exige la inversión de capital político doméstico e internacional; la aprobación de las naciones anfitrionas locales; una clara visión de los futuros intereses estratégicos de Estados Unidos; y la construcción, abastecimiento y mantenimiento de una nueva base en ultramar.
El teniente coronel (R) Lester W. Grau es un analista militar en la Oficina de Estudios Militares Extranjeros, en el Fuerte eavenworth, Kansas. Recibió el grado de Bachiller en Artes de la Universidad de Texas en El Paso y la Maestría en la Universidad de Kent State. Es graduado de la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército de EE.UU., el Instituto Ruso del Ejército de EE.UU., el Instituto de Idiomas del Departamento de Defensa, y la Escuela Superior de Guerra de la Fuerza Aérea de EE.UU. Ha cumplido funciones en diversas posiciones de mando y estado mayor en el territorio continental de Estados Unidos, Europa y Vietnam, incluyendo su servicio como Subdirector del Centro de Táctica del Ejército, y Jefe de la Sección de Instrucción sobre Táctica Soviética en la Escuela de Comando y Estado Mayor del Ejército de EE.UU.; asesor político y económico en el Cuartel General de las Fuerzas Aliadas, Europa Central, en Brunssum, Holanda; y mensajero diplomático en Moscú. Su artículo, "Destruyendo el Telémetro Láser con una Piedra", apareció en el número de julio-agosto de 1997 de Military Review, edición hispanoamericana.
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