12 noviembre 2007

Cerebro: educación versus tecnología

Comenta Senior Manager en el post de ayer: que nuestro cerebro y nuestro cuerpo en general siguen siendo básicamente iguales que hace miles de años, pero nuestros avances tecnológicos ya están muy por encima de nuestra morfología o nuestros instintos. Hace unos días leí en Tecnocidanos que "para muchos neurólogos sólo somos lo que hay en nuestro cerebro, una convicción que se hace más radical cuando se escucha que nuestro mundo más que real es cerebral" y se pregunta el autor si podríamos introducirnos en los circuitos neuronales y manipular las conexiones o introducir chips electroquímicos que modificaran el funcionamiento del sistema nervioso. La respuesta a esta pregunta la ofrece sin ambages Eudald Carbonell cuando dice que "llegará un momento en el futuro, y no es ciencia ficción, en el que crearemos una nueva especie humana en el laboratorio. Habremos roto definitivamente con la selección natural".

La evidencia científica avala la plasticidad del cerebro pero esa plasticidad puede funcionar a favor de una evolución sana, cada día más compleja y capaz, o por el contrario puede crear disfunciones, incluso por efecto de la neurotoxicidad ambiental. Ya en nuestro mundo actual, existen implantes de mecanismos que alteran su funcionamiento lo suficiente como para cambiar la vida de algunos enfermos de Parkinson, como se aprecia en este vídeo de YouTube.

Es difícil imaginar el intervalo de tiempo necesario y las actuaciones de las neurociencias para que se produzca esa nueva humanidad de laboratorio a la que se refiere Eudald Carbonell por lo que lo preocupante en este momento es la modificación del comportamiento por otros métodos, ya que los tecnológicos , hoy por hoy, no están al alcance de todos.

Anoche mismo el programa televisivo Redes, de Eduard Punset, incidía de nuevo sobre el hecho de que estamos diseñados para la supervivencia. El cerebro nos envía señales que nos permiten proteger la vida en un mundo en el que ya no está amenazada por los mismos peligros que hace millones de años. Hoy sin embargo, gran parte de nuestra cultura occidental exige que los individuos ejerzan su voluntad y entrenen sus emociones primarias hasta conseguir un comportamiento humano mucho más acorde con la civilización en la que vivimos, mientras los científicos sonríen melancólicamente porque una parte del cerebro sigue tomando decisiones sin consultar a la otra y es cuando ya hemos reaccionado impulsivamente cuando construimos un razonamiento "conscientemente" para justificar la acción, al igual que un bebedor compulsivo insiste en que está celebrando algo o que ya es fin de semana y además se fuma unos porritos.

Lo comentaba esta misma mañana en televisión un psicólogo evolutivo, a propósito del acoso escolar. Hay gente que se enzarza en furiosas peleas, más propias de un ataque en el que peligra la vida, porque le han llamado tonto, o gordo, mientras otras han aprendido a reaccionar de acuerdo con las circunstancias reales, asertándose de forma calculada y consciente, con la palabra o el gesto.

Como individuos no podemos esperar que la tecnología y la ciencia, o la psicología cognitiva, o los medicamentos nos ayuden a convivir, no habría especialistas para todo el mundo, pero sí tenemos derecho a esperar que sea la educación la que nos enseñe a comprender el funcionamiento del cerebro inconsciente que nos permita tomar decisiones racionales del siglo XXI ante nuestros sentimientos irracionales del pleistoceno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde el nuestros orígenes el cerebro no ha dejado de crecer y a menos que nuestra especie se extinga con el paso de los siglos, seguirá creciendo como proceso normal de evolución, pues cada vez lo usaremos más. Así pues, las diferencias entre la corteza o cerebro exterior se harán más grandes y poco a poco irán desplazando a nuestro cerebro primitivo en funciones y tamaño aunque el proceso tomará todavía decenas de miles de años. Mientras tanto seguiremos tratando inconscientemente de adaptar nuestras capacidades a la tecnología que nos abraza cada vez con más fuerza.

Maria dijo...

Hola Senior, gracias por tu visita.

Sin duda la tecnología es la que permite que la ciencia avance. Ya es casi un "dicho" que se ha avanzado más en el último siglo que en todos los anteriores.
En cuanto a desplazar al cerebro primitivo creo que efectivamente podría ocurrir dentro de decenas de miles de años porque primero tendríamos que llegar a un punto en el que la vida no corriera peligro, cuando los instintos dejarían de ser necesarios. Por eso pienso que tendremos que centrarnos en educacarlos, lo que sin duda tambien abriría nuevas vías cerebrales.

Anónimo dijo...

En serio creen que la tecnología que tenemos le puede llegar al cerebro humano?
todas las conecciones de la web mundial no le llegan a las conecciones de un solo cerebro humano normal.
y solo usamos menos del 10 % de la capasidad que tenemos por que nos morimos en unas pocas decadas!!!!