02 enero 2008

La educación de los niños: Watson versus Spock, una verdadera conmoción

En otros tiempos los padres preocupados por la crianza de sus hijos seguían los consejos de un manual escrito por el psicólogo John Watson, creador del conductismo y autor del experimento Pequeño Albert , aterrador y con cosecuencias funestas, que decía que si le daban una docena de niños podría "condicionarlos" para convertirlos en lo que él quisiera. Watson consideraba un error besar, acariciar y acunar a los niños y si lloraban las madres no debían acudir a consolarlos hasta que llegara la hora exacta de amamantarlos. La disciplina férrea había sido el método educativo por excelencia y el Dr. Spock debió de sufrirla intensamente porque sus libros manifestaban todo lo contrario, provocando con sus consejos una verdadera conmoción que todavía hoy se deja sentir. En total Spock vendió 50 millones de ejemplares de sus obras.

"Lo único que se necesita es confianza. Vosotros sabeis más de lo que creis", decía en 1946 en El Cuidado del Bebé y el Niño, su primer libro basado en principios psicoanalíticos que fue traducido a 30 idiomas. Eran los años de postguerra, una época de fuerte crecimiento de la natalidad durante la cual se recordaban todavía las miserias de años atrás y se relajaban las costumbres. La gente estaba bien dispuesta para recibir las enseñanzas de Spock. Necesitaban comprensión y flexibilidad tras la contienda, dar y recibir afecto, disfrutar de su vida y de sus hijos. La idea de mimar a los niños llegó justo en el momento adecuado, solo faltaba que alguien con la autoridad suficiente confirmara que no suponía un peligro hacerlo.

Cuando esos bebés llegaron a la pubertad se hizo sentir la primera oleada de permisividad en los jóvenes culminando con el movimiento hippy que aterrorizó a tantos padres y para los cuales Spock y sus libros estaban siempre disponibles. Educando a los Hijos en momentos Difíciles, ofrecía ayuda sobre drogas, anticonceptivos y divorcio, los grandes avatares de la vida moderna de entonces y de hoy.

Spock no varió sustancialmente sus consejos respecto a la educación tolerante y comprensiva del bebé y del niño, insistiendo que es necesario manifestarles amor. Mantuvo sus "10 mandamientos", entre los que figuran poca TV, no educar para la competitividad, no humillar y dar buen ejemplo, pero revisó dramáticamente algunos otros conceptos y reconoció que los adolescentes necesitan límites."Para que la democracia funcione en una familia hay que escuchar a los chicos pero quedarse siempre con la última palabra. Los padres son como las Naciones Unidas, deben tener el derecho al veto". Ese fué el gran cambio de su filosofía educadora, un modo de reconocer que se había equivocado.

Sin embargo, los efectos de aquellas formas de educar han ido pasando de padres a hijos y hará falta tiempo y que todos los medios funcionen al unísono para transmitir las nuevas teorías educativas, de forma que las futuras generaciones actuen en función de lo que aprendieron sus antecesores. Sin pasar del extremo de Watson al extremo de Spock se necesitan líneas maestras para educar con flexibilidad pero sin excesiva permisividad, introduciendo límites claros y disciplina, especialmente en una época en la que volvemos a enfrentarnos con factores cuyos efectos son poco conocidos, como lo fué la droga anteriormente. Ahora habrá que ponerle coto al uso abusivo de la tecnología.

Si el entorno cambia hay que cambiar con él pero abandonar unas teorías por otras, adoptar una nueva filosofía de la educación, no se hace de un día para otro. A veces, como en este caso, pueden necesitarse varias generaciones.

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4 comentarios:

Ekaizen dijo...

Buenas, lo primero Feliz 2.008.
¿Abandonar unas teorías educativas por otras?, no es mejor "hacer que evolucionen" estas teorías.
Porque con lo de abandonar da la impresión de que estaban totalmente obsoletas, no eran válidas y había que sustituirlas por otras.
Y la gran pregunta, ¿dónde está la barita mágica para combinar disciplina y flexibilidad en su justa medida?
Saludos

Maria dijo...

Feliz año ekaizen. Bienvenido. Mi impresión es que hubo muchos detractores de las ideas de Spock. Todavía se hacen multitud de chistes al respecto en el mundo anglosajón. El experimento Little Albert fué la puntilla para que se adoptaran y se consideraran inválidas las de Watson.

En cuanto a la barita mágica entre disciplina y flexibilidad en la educación dependera del equilibrio de los adultos, pero algo parecido a eso, creo recordar, ya lo dijiste tu en otro blog.

Anónimo dijo...

No existen soluciones mágicas para nada en este mundo. Debemos aprender de los errores y solventar las dificultades que se presentan en cada momento de la historia. La nuestra es una sociedad de la opulencia y de hedonismo exagerado que ha transmitido a las nuevas generaciones el espejismo de que todo es posible sin esfuerzo y exigir todo a cambio de nada. El modelo familiar también ha variado, entre otras razones porque ambos progenitores trabajan y prestan escasa atención a los hijos que tratan de compensar con concesiones a los deseos de éstos. Igual de nefasto para la educación de los hijos es un exceso de autoridad que la falta de ella. Buscar el equilibrio no es fácil y conlleva un esfuerzo que no todos están dispuestos a llevar adelante.

Anónimo dijo...

Tengo la impresion que los jovenes de la epoca hippy no pudieron ser resultado de una educacion basada en la filosofia del dr. Spock por la edad de sus padres.
Permisividad nunca ha sido un termino usado por el Dr. Spock.
Desde mi punto de vista no ha habido un cambio de paradigma en la educacion de los niños, los padres de hoy, que son permisivos, son el resultado de una reaccion a su educacion ferrea y lineal aun llena de matices "modeladores skinneranos"
Aun falta mucho tiempo para que la sociedad en su conjunto comprenda la filosofia del Dr. Spock y la lleve a cabo para educar a los menores y asi mismos.