Las emociones cada vez tienen más importancia para entender nuestro comportamiento, la forma en que nos relacionamos e incluso cómo funcionan sistemas complejos como el económico, dice el neurocientífico y autor de "El error de Descartes: emoción, razón y cerebro humano", Antonio Damasio, "porque todo esto está relacionado con las emociones".
El miedo es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. Antonio Damasio considera que el papel que ha jugado en la supervivencia de la especie es muy importante. "Por eso es una emoción tan poderosa. Es como un germen que está en nuestro cerebro, dice, que tuvo un papel muy importante en los tiempos de enfrentamientos tribales, porque permitía identificarse con el propio grupo y distinguir a los miembros del clan contrario, algo esencial para la supervivencia. Somos el resultado de una combinación de razón y emoción. De hecho, la razón está siempre informada por la emoción. La gran revolución ha sido ver que las emociones no están por debajo, sino que emoción y razón van juntas. Y algo todavía más importante: que las emociones fueron, al comienzo y a lo largo de la evolución, la base de la racionalidad. La razón empezó con las emociones. Emociones como el miedo, la compasión o la alegría ayudaron a las criaturas vivas a tomar decisiones racionales".
Si esa emoción indispensable sigue activa en el cerebro humano actual es "porque forma parte de nuestra naturaleza" porque hoy como ayer sigue permitiendo identificar "a los individuos peligrosos".
Si ahora creamos un entorno en el que un grupo es identificado como una amenaza es muy fácil activar ese mecanismo de reacción no consciente. Los líderes sociales han de tener en cuenta que a través de la educación y de los procesos sociales y políticos se puede conducir a las personas hacia el bien o abocarlas hacia cosas horribles.
Todos podemos tener, potencialmente, una reacción racista, especialmente si hay una manipulación en esa dirección". "Ahora que estamos expuestos no sólo a un holocausto, sino a muchos holocaustos en todo el mundo -añade Damasio- vemos que todos los seres humanos tienen la potencialidad de ser increíblemente virtuosos, individuos generosos y respetuosos con los demás, pero también de convertirse en bestias horribles. Una de las cosas más dramáticas es que podemos encontrar personas capaces de las más abominables torturas y de extasiarse al mismo tiempo con la música y las artes más refinadas".
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