02 septiembre 2007

Un dilema de chinos

Que la población no fumadora de un país tenga el 48% más de probabilidades de desarrollar una enfermedad pulmonar obstructiva crónica por estar sometida al humo del tabaco ajeno, no es nada nuevo. Hace ya años que venimos oyendo o leyendo sobre esta plaga que se cierne sobre el fumador pasivo. Lo que si es nuevo, al menos para mi, es que se publique abiertamente en el mismo artículo que esto, al ser un factor de riesgo para la salud de la población tiene implicaciones para los servicios sanitarios y, lógicamente, para la economía, por lo que deben de tomarse fuertes medidas de protección prohibiendo que se fume en lugares públicos y en el trabajo. Es decir que al legislador le importa un comino que las personas esten haciendo escabechinas a través del tabaco, consigo mismas y con otros, y que de no afectar a las arcas públicas no habría necesidad alguna de tomar medidas. Claro que, este enfrentamiento con la escueta realidad no se ha dado ni en España ni en ningún otro país de nuestro entorno, lo dicen los investigadores científicos de la Universidad de Pelotas de Brasil refiriéndose al país más poblado del universo, China. Con 1300 millones de almas, qué podría ser mejor para un gobierno que ya ha tenido que prohibir a la gente que tenga los hijos que quiera para que la población crezca con moderación ¿dejar que se muera el fumador pasivo o activo porque les viene bien esa reducción de la población, que supondría cerca de 2 millones de personas, solo entre los pasivos, o salvarles del humo para ahorrar? La curiosidad me está matando, pero no sé si llegaré a saberlo alguna vez. En España el ahorro ha sido el factor determinante, evidentemente, de lo que se deduce que ni con todos los impuesto que se pagan por el tabaco se sufragan los gastos sanitarios ocasionados por los fumadores. Habrá que pensárselo porque las cifras cantan mucho más y mejor cuando hay dinero de por medio.

Fuente: The Lancet

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