06 diciembre 2007

Soledad: Pozo de la desesperación

Oleo de Sergei Chepik
Mañana, viernes, algunas empresas de Estados Unidos ignorarán los correos electrónicos. Será el primer viernes en que los empleados se comuniquen de persona a persona o por teléfono. El presidente de PBD Scott Dockter fué el primero en sugerir esta idea hace un año cuando se dió cuenta un buen día de que los empleados ya no hablaban tanto entre ellos y de que él mismo se comunicaba por correo electrónico con una asistente que estaba sentada a menos de seis metros de él. Ahora en su empresa los correos electrónicos del viernes se archivan y luego se destruyen.

Supongo que no será casualidad que la decisión de estas empresas se haya tomado cuando las fiestas navideñas están presentes en todas partes desde hace ya semanas. Mucha gente se siente sola o aislada y en estas fechas ese sentimiento puede ser especialmente doloroso.

Esta situación me ha recordado aquel terrible experimento realizado en los años 70 por el psicólogo Harry Harlow en la Universidad de Wisconsin-Madison en el que se aisló a un grupo de macacos en una jaula especial que denominó "pozo de la desesperación" para estudiar la relación entre el aislamiento y la depresión. La mayoría no se recuperaron. En soledad los animalillos se acurrucaron y perdieron el interés por la vida, la comida, la interacción, el juego o el sexo. El resultado de esta cruel experiencia solo sirvió para demostrar lo que según Deborah Blum es puro sentido común: que los monos, como los humanos, son criaturas muy sociables por naturaleza y si se les aisla por un tiempo salen tan dañados que solo algunos se recuperan de la experiencia. La periodista fué ganadora de un premio Pulitzer en 1992 por su serie de artículos titulada "La Guerra de los Monos", aunque luego exoneró a Harlow hasta cierto punto en su libro "Amor en Goon Park: La ciencia de los afectos" .

Hoy en día la forma de vida que se desarrolla en las grandes ciudades, el individualismo desmedido, el egoísmo moral, el etnocentrismo disparatado que estamos desarrollando, la ola de narcisismo sobre la que cabalgamos, nos pone en contacto principalmente con nuestras propias necesidades, desdeñando las de otros si son diferentes o no se ajustan a las nuestras.

De ahí nace el consumismo, el uso desaforado de recursos que hará que algún día el planeta tierra se nos quede corto y que tengamos que buscarnos la vida en otros. Consumir para ser feliz. Buscar la felicidad en los objetos en lugar de buscarla en las personas o consumir en compañía en lugar de intercambiar experiencias o conocimientos, para cualquier observador es lo más sobresaliente de la sociedad de consumo. La Navidad es quizás el mayor exponente de este desequilibrio provocado por la soledad, por eso es cuando más duele.

Siempre se habló de la soledad del poder, eran unos pocos los que experimentaban este fenómeno, hoy sin embargo casi todos tenemos el suficiente poder para buscar distracciones a nuestra soledad, el que da el tener algún dinero para comprar diversión. No en vano la palabra (del latín divertĕre) significa también apartar, desviar, alejar... ¿la soledad? A mis soledades voy, de mis soledades vengo




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta entrada. Yo era una persona muy alegre y divertida y desde que paso mucho tiempo en casa todo ha cambiado. Es una extraña sensación de estar a gusto sola pero es cierto que paso muchos ratos de aburrimiento de querer y no poder interaccionar con la gente. Me da miedo un poco que me guste tanto la soledad, temo que después no sea capaz de relacionarme con los demás o que me sienta incómoda. Hay semanas que no salgo para nada. Ni siquiera a por el pan. A veces lo pienso y me asusta. No se, esta entrada me ha hecho pensar otra vez en este asunto. Lo reflexionaré.

Maria dijo...

Gracias por tu visita compañera. No sé, quizás mi opinión no tenga base, pero por lo que te conozco creo que sigues siendo una persona alegre y divertida y que con un pelin de suerte cirujana te tendremos yendo a por el pan en bicicleta. Besos!

Anónimo dijo...

He reflexionado, y me he decidido a hacer un cambio de hábitos...si si!! por algo se empieza no?? era deportista y a pesar de que ahora no puedo hacer kárate porque es lo que más me gusta y lo que mejor se me da pues haré otro tipo de ejercicio...del tren inferior estoy estupenda asi que como mínimo saldré una vez al dia (a por el dichoso pan) y subiré las escaleras una vez mínimo (porque vivo en un 5ºreal) y a pesar de tener ascensor pues las usaré y reactivaré mi circulación. En casa he pensado en hacer un dia yoga y otro bicicleta estática(para ir intercalando y que no se me haga copioso)que no es el kárate pero al ser más "tranquilo" me lo podré permitir. Esto de momento, tampoco quiero cargarme mucho al principio pero quiero descolgarme un poquito del escritorio y si consigo estas poquitas cosas después iré añadiendo actividades. Llevo ya 2 años asi tengo que salir de esta espiral como sea. Gracias por tu entrada. Si consigo llevarlo a cabo me habrá valido más de lo que imaginas. Besos Maria!! Gracias por tus escritos. Otra cosita...podría vincular tu blog en el grupo?? Sería un gran honor para mi. Ya me dirás. Hasta pronto!!(K)(K)(K)

Maria dijo...

Bueno, parece un buen plan para empezar. Las endorfinillas te lo agredeceran, je je je. Las vas a necesitar con tanta escalera. ¿cuando dices que empiezas? Y ¿que premio te has preparado para cuando cumplas el programa? Tiene que haber un premio ¿no? porque en estas cosas el más "plantao" puede fallar en la disciplina. Si lo sabré yo, je, je. Besos