26 octubre 2007

Juicios paralelos

¿Tienen derecho la sociedad y lo medios a llevar a cabo un juicio paralelo al joven Sergi Xavier M.M. sin tener en cuenta la opinión de los médicos? Todos los medios de comunicación han informado de que Sergi Xavier M. M., sufre un trastorno mental de carácter grave y que ha estado en tratamiento psiquiátrico durante casi diez años, según ha declarado a la Agencia Efe Alfons Icart, director general de la Fundación Orienta, entidad que agrupa a los centros de salud mental infantil y juvenil y a los dos hospitales de día de Sant Boi (Barcelona)

Icart manifestó que este trastorno "tiene relación con la infancia tan traumática que ha padecido, al no tener madre, un padre alcohólico y criarse con una abuela con muchas limitaciones humanas". Los trastornos empezaron a manifestarse en la etapa escolar de la que informaron a la familia los equipos psicopedagógicos de su escuela. La abuela del niño pidió una consulta médica a partir de la cual se inició un tratamiento que comenzó en 1992 y se prolongó de manera discontinua hasta 2001, cuando se le dio el alta y se le derivó a un centro de salud mental juvenil de Sant Boi para hacer el seguimiento. Icart afirmó que el joven estaba bastante bien y que se logró formar una personalidad que, «más o menos, puede funcionar, aunque con un frágil equilibrio» que se rompe debido a la falta de contexto familiar y al uso de drogas y alcohol, como se aprecia en las imágenes de la televisión en las que suele aparecer bebiendo cerveza.

El acusado mantiene que no recuerda la agresión a la chica porque estaba muy borracho. El experto declaró que el joven «ha cometido una falta, es responsable de sus actos y por ello debe haber un castigo, pero además tiene que haber un tratamiento contra el alcohol y contra la droga» y añade que la agresión a la chica, no se sabe si se produce por racismo o porque «se está agrediendo a sí mismo, en un momento de confusión por alcohol y drogas», ya que cuando era pequeño se golpeaba en ocasiones.

Solo la medicina y la ley pueden decidir la forma en que ha de ser tratado un enfermo mental, pero la sociedad tambien tiene derecho a reclamar medidas que eviten las numerosas situaciones en que personas con desequilibrios mentales hacen daño a personas inocentes. Es natural que los medios de comunicación reclamen este derecho pero es irresponsable que generen un linchamiento mediático de un enfermo mental, ignorando las declaraciones de un experto. Esta actitud denota un claro analfabetismo emocional, una falta de empatía y de respeto hacia un enfermo y un desmedido afan de ganar audiencias.

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